Siente lo que vales y lo que ayudas a los demas con tu servicio

Tener una mentalidad ganadora y que sientas que tu servicio es el que necesita tu cliente aunque él no lo sepa es uno de los primeros pasos.

El otro paso es no sentir el “SÍNDROME DEL IMPOSTOR” si tú le has preguntado a tu cliente lo que le duele y tú tienes esa solución NUNCA sientas que lo engañas.

Es más si no lo haces estas desperdiciando tus
conocimientos.